
Artículo escrito para Forbes Argentina
Para ser un buen inversor es indispensable comprender el proceso que involucra emprender. Quien busque invertir debe tener los elementos de juicio adecuados para evaluar los riesgos y tener en claro que ciertas pérdida, con el tiempo pueden transformarse en ganancias.
La industria tecnológicas es de alto r os los lados de la mesa como emprendedor y como inversor, y he visto la forma en que potenciales buenos inversores pierden oportunidades porque no comprenden el paso a paso de la creación de una empresa en una industria como la que menciono.
Me gusta explicar esto de «Aprender a Emprender» con un ciclo de 7 etapas: Compromiso, Acción, Empuje, Identidad, Plenitud, Confort y la Salida o venta. Resumo cada paso rápidamente a continuación:
Cuando me refiero a la etapa del compromiso, hablo del nivel de involucramiento que tiene el fundador. ¿ Es capaz de abandonar la falsa seguridad de la relación de dependencia? ¿ Está dispuesto a enfrentar un nuevo mundo? Cuando un inversor está frente a un emprendedor decidido que es capaz de responder sí a estas preguntas, tiene la certeza de que el entusiasmo es más fuete que el miedo.
En la segunda fase -«acción»- , el fundador ya renunció a su trabajo estable y comienza a ser independiente. El equipo estará muy presionado para generar ingresos y la amenaza es que por generar este dinero, el equipo termine por perder el foco en aquello que realmente quiere hacer. SI el equipo descuida el valor de l nuevo producto en el mercado, pude que termine distrayendo su talento.
Si el equipo logró obtener recursos para sostenerse y hacer foco en su objetivo , se inicia la siguiente fase: Empuje. A este momento, la empresa llega con un producto o servicio exitoso. Cuando hablamos de empresas de base digital en la que es una obligación crecer rápidamente en ventas y número de clientes. Las analíticas deben «explotar».
Los lc yentes están entusiasmados con el producto y piden más. En eres punto – sin ironías- hasta los inversores parecen optimistas. Cuidado.
Superado el punto de equilibrio el equipo emprendedor puede verse amenazado por su propio éxito. La misma confianza desmedida que al inicio fue tan positiva puede jugar en contra.
Es importante saber que no solo se trata de crecer, sino de hacerlo de la forma correcta para así no matar el medio de producción de la empresa, sea por aceptar negocios que no conocemos realmente, o por pensar que el equipo multitarea del inicio debe serlo para siempre. Expandirse y diversificarse de un modo débil es peligroso.
Si la empresa es capaz de vencerse a sí misma y organizar su crecimiento se producen tres cambios que serán fundamentales para forjar la personalidad de la empresa, su identidad.
La descentralización de la autoridad, el tipo de liderazgo cambia y se arma la estructura de la empresa, en el que los roles deben separarse adecuadamente.
El reto de una organización es trazar la diferencia entre trabajar duro a hacerlo inteligentemente. Comienza a aparecer la eficiencia como el objetivo de la empresa.
A una empresa consolidada, le sigue el momento de plenitud, o cumbre de la montaña, que es cuando la empresa o bien ha logrado cumplir los sueños del fundador o tiene el potencial para hacerlo. Esta realización generalmente viene de la mano de la internacionalización.
Una vez que se ha llegado a la cima, viene el mayor desafío para el emprendedor que es mantenerse capitalizando aquello que se ha obtenido e innovando de forma continua a fin de mantener el nivel de competitividad.
Mantenerse tiene que ver con tener los pies en la tierra y no caer en la peligrosa trampa del confort y la vanidad. La corrupción que puede producir el confort puede verse en las acciones de la empresa y sus dirigentes, termina matando el espíritu emprendedor y sumiendo a la empresa en la inacción.
Si los egos encontramos su cauce y la empresa supo crecer orgánicamente, puede llegar el momento de la salida, de la venta de la empresa. En ese punto
La séptima fase en el camino emprendedor para el fundador de una empresa, es aquella que marca la salida . No se trata de un paso obligado, de hecho, puede no llegar.
Las razones por las cuales un fundador sale de su empresa se deben sea al cansancio del fundador, al cumplimiento de un ciclo personal.
Si un equipo fundador considera vender su empresa, debe considerar cuál el mejor momento de hacerlo, según los equipos económicos tanto de la industria como sus momentos personales.
Este es el momento en el que los inversores recuperan la inversión y la ven multiplicada y es un arte aparte el conseguir la mejor oferta, sea a través de la cotización pública o buscar una empresa interesada en el mercado, talento y qué mejor en la tecnología desarrollada.
Todo esto puede pasar mínimamente en 5 años. Y es un proceso que más que largo es realmente intenso. El inversor de riesgo, que por lo general ha emprendido previamente, debe estar consciente de cada paso y estadio de la empresa en la que invirtió capital.